¡Prepárate! Precalienta el horno a 180º y engrasa una bandeja metálica de horno de 23x23x6 cm. Busca un bol de cristal para presentar tu postre (el fondo perfecto será de 18-20x10 cm; así podrás ver las capas a través de él). Tuesta las láminas de almendra en una sartén poco profunda y a fuego medio, removiéndolas con una espátula para que no se quemen; ¡ojo, que se tuestan muy rápido! El esfuerzo de tostarlas merecerá la pena por ese crujiente extra. Tan pronto como empiecen a dorarse, retíralas del fuego y déjalas enfriar.

Haz el bizcocho. Separa los huevos en dos boles. Pon las claras en un bol mediano y bate hasta dejarlas a punto de nieve, y añade el azúcar mientras sigues batiendo y finalmente, las yemas.

Tamiza la harina e incorpórala despacio al huevo con una cuchara de metal, manteniendo siempre el aire en la mezcla. Agrega el extracto de vainilla y el agua hirviendo en el borde del bol, y ve mezclándolo despacio. Viértelo en la bandeja de horno y hornéalo durante 12-15 minutos, hasta que suba y adquiera un textura esponjosa. Déjalo enfriar en una rejilla.

Cuece la fruta en una sartén pequeña y a fuego bajo, y remueve con una cuchara de metal con 4-6 cucharadas de agua, con cuidado de que no se evapore. Después retíralo y déjalo enfriar (si es fruta congelada, no hará falta cocerla).

Ahora viene la parte divertida: hacer las capas. Corta el bizcocho en nueve porciones, y estas por la mitad (hasta obtener 18 piezas). Con la mitad de ellas, forra las paredes y el fondo del bol. Remójalo con el licor o el zumo de naranja; que quede bien bañado.

Extiende la mitad de la fruta sobre la primera capa de bizcocho (si usas fruta congelada, no necesitarás todo su zumo). Ahora añade el resto del bizcocho y después el resto de la fruta como tope.

Extiende el postre de vainilla Alpro, y después una buena capa de Alpro Estilo Skyr. Espolvorea las láminas de almendra para coronar, y si tienes algo de fruta a mano, tendrás un acabado perfecto.